Estimados compatriotas:
En mi condición de candidato a la presidencia de la república del partido FMLN, quiero aprovechar este tiempo de reflexión para compartir con ustedes nuestro balance global del año 2007 bajo la perspectiva que el análisis del presente nos conduzca a la construcción del futuro de prosperidad que todos deseamos.
El gobierno del presidente saca, en su balance del año, nos está diciendo lo mismo que nos han dicho los sucesivos gobiernos de arena durante los 18 años que han gobernado.
Nos dicen que hay mayor crecimiento económico, que ahora hay más salvadoreños y salvadoreñas con empleo, que la pobreza se ha reducido, que las exportaciones han aumentado, que la delincuencia ha disminuido, que las relaciones con los estados unidos son ahora las mejores que en años anteriores, que las finanzas públicas se han fortalecido, que las remesas han aumentado, en fin, que el país, pese a las reales y diarias dificultades, está viviendo sus mejores momentos.
Es decir, todo está bien y, si hay problemas, son problemas que no están bajo el control del gobierno y por tanto, no son de su responsabilidad.
Lo que no dicen, pero que todos y todas sabemos porque lo vivimos y lo sentimos día a día, es que el costo de la vida llegó este año a niveles nunca vistos, que el poder adquisitivo de los salarios e ingreso familiar registra una significativa caída, que una de las fuentes principales de conflicto y serio obstáculo del desarrollo, como es la concentración del ingreso y la riqueza, en lugar de disminuir sigue aumentando, que el país se sostiene en virtud de las remesas, siendo cada día más dependiente de las mismas, que el supuesto crecimiento económico es uno de los más modestos de América Latina y el segundo más bajo de Centroamérica. Que la inversión privada nacional y extranjera no ha respondido de acuerdo con las expectativas anunciadas debido a la ausencia de reglas claras y estables y a la persistencia e incremento de la delincuencia. Al respecto, un promedio de 10 personas diarias son asesinadas violentamente en nuestro país, situación que nos ubica como uno de los países más violentos de América Latina.
El gobierno dice que hay más crecimiento económico, pero las familias salvadoreñas se encuentran en una situación cada vez peor. Debemos preguntarnos hacia dónde va ese crecimiento económico: debido a la excesiva concentración del ingreso y de la riqueza, los beneficios de dicho crecimiento no llegan a la mayoría de la población.
No dicen que la modesta reducción de la pobreza es producto del impacto positivo de las remesas en los ingresos familiares y que los escasos empleos generados son, en su mayoría, de baja calidad. Está claro que la economía del país sobrevive gracias a la terrible paradoja de producir pobres y desempleados que emigran buscando empleo y que, con su sacrificado trabajo, envían remesas desde los estados unidos y de otras partes del mundo. Un promedio de más de 400 compatriotas emigran cada día y más de 200 son deportados a diario desde los estados unidos, ello a pesar de las supuestas buenas relaciones que el gobierno dice tener con la administración norteamericana.
Juntos construiremos el nuevo el salvador.
Hemos comenzado a diseñar, de forma participativa e incluyente, la estrategia de desarrollo integral que efectivamente reduzcan las desigualdades sociales, disminuya, de forma drástica y sostenida la pobreza, el costo de la vida y los altos índices delincuenciales que actualmente imperan en nuestro país.
Para que dicha estrategia funcione y tenga un amplio apoyo, tendrán a su base verdaderas políticas de estado que son las únicas que dan seguridad y certeza a los agentes económicos y sociales puesto que se construyen de forma participativa y tomando en cuenta los intereses y aspiraciones de todos los sectores que conforman nuestra sociedad.
Esta será la nueva manera de gobernar. El FMLN y el gobierno que presidiré a partir del 1 de junio del 2009, gobernará en permanente diálogo y concertación con todos los sectores, pero teniendo claro que el eje central de la estabilidad social se funda en la construcción de una sociedad democrática, justa y equitativa en la que el desarrollo sea el patrimonio de todos y para todos y todas.
Estoy convencido que la única manera de generar confianza y gobernabilidad democrática es diseñando e implementado políticas de estado que cuenten con un amplio respaldo ciudadano, lo cual implica proponer soluciones concretas que resuelvan los problemas reales y diarios que afectan a la familia salvadoreña.
En mi nombre, en el de mi familia y en nombre del FMLN, quiero desearles un año nuevo lleno de esperanza y que la bendición de dios sea el signo desde el cual podamos pensar y construir este nuevo el salvador que todos queremos.
Mauricio Funes
Alluro
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