EL SALVADOR ROJO - A 3 AÑOS Y MEDIO DEL INICIO DEL CAMBIO

EL SALVADOR ROJO -
!!CON TU APOYO EL CAMBIO SIGUE!!

Este es un espacio para que militantes, afiliados, simpatizantes y amigos del FMLN, puedan emitir su opinión sobre la coyuntura
Nacional de El Salvador y de los salvadoreños en el Exterior.
Envia tus comentarios y sugerencias a rigobertod@gmail.com

jueves, 28 de agosto de 2008

MENSAJE DE MAURICIO FUNES, CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA, CON MOTIVO DE SU AFILIACION AL FMLN.

Querida esposa y compañera de vida, Vanda, familia, compañeros y compañeras del FMLN. Miembros de la Dirección Nacional, Departamental y Municipal, Amigo Coordinador General del FMLN, Medardo González, Compañero de fórmula, Salvador Sánchez Cerén y su distinguida esposa, Margarita, queridos amigos y amigas del Movimiento Amigos de Mauricio, Amigos de las más de 150 casas del Movimiento en todo el país y en Estados Unidos, Amigos de la MYPIMES, del sector campesino y cooperativista, de la Juventud, del sector femenino, de los profesionales y técnicos, amigos que han venido en representación de los compatriotas que viven y trabajan en el exterior, Alcaldes del FMLN, amigos y amigas de las organizaciones sociales y empresariales, profesionales y técnicos independientes, colegas de la prensa, hombres y mujeres del pueblo salvadoreño:

En los meses que han transcurrido desde que lanzamos la fórmula presidencial, con los compañeros del Frente hemos compartido muchas actividades, numerosas reuniones y reflexiones.

Hemos transitado juntos este período tan rico que nos ha puesto en contacto con todo el pueblo de El Salvador. Y esa tarea común ha dado lugar a relaciones de compañerismo, de amistad y de afecto.

Quiero rescatar este aspecto humano, porque enriquece y ennoblece la política, profesión que debe volver a ser una herramienta de transformación al servicio de las mayorías populares, apreciada y valorada por toda la sociedad.

Los valores cristianos con que me formé han guiado siempre mis actos. No sólo se convirtieron en la médula de mi formación ético profesional sino que inspiraron mi ejercicio periodístico a lo largo de 21 años.

Como he señalado en otras oportunidades, la profesión de periodista me dio la gran posibilidad de tomar contacto directo con la realidad salvadoreña. Vi, sin que nadie me lo cuente, el rostro dramático de un país sumido en el atraso, la injusticia, la exclusión y la pobreza. Vi., y esta es la otra cara de esa moneda amarga, el uso más impúdico y arbitrario del poder para sostener el privilegio de unos pocos.

Después de esta toma de conciencia de la realidad, comprendí que no podía seguir siendo un mero espectador y comentarista de este drama.

Comprendí que la denuncia desde una pantalla de televisión o desde una cabina de radio, como ocurrió en los últimos meses de mi ejercicio profesional, no alcanzaba para dar respuesta a todas las demandas insatisfechas de un pueblo empobrecido y tampoco era suficiente para democratizar la convivencia social y la vida económica y política de El Salvador

Es en ese momento que tomé una de las grandes decisiones de mi vida: Decidí abrazar la política. Abracé la política porque sólo la política me puede posibilitar transformar esta realidad lacerante. Decidí asumir la responsabilidad de convertirme en candidato presidencial porque no hay otra forma de empujar los cambios estructurales que el país demanda sino es a través de la práctica política partidaria.

Pero, ¿por qué con el FMLN?

El FMLN ha sido la primera organización política que ha sido capaz de escuchar la demanda de cambio del pueblo. El Frente escuchó esa voz y dio el paso necesario, el paso imprescindible para comenzar a hacer efectivo el cambio. Abrió sus puertas a ese clamor popular. Abrió sus puertas a la ciudadanía y mi candidatura es precisamente expresión de esa apertura.

La derecha sigue presa de sus fantasmas. No sólo ha desaprovechado la oportunidad histórica de transformar el país luego de la firma de los Acuerdos de Paz, sino que ha invertido energías en provocar su atraso. Seguir con la derecha al frente del Ejecutivo es condenar al pueblo salvadoreño al ostracismo. Es caminar por la senda del atraso, es profundizar la pobreza, el desarrollo excluyente.

No hay opción: o aprovechamos la oportunidad que de nuevo se abre para provocar los cambios que El Salvador demanda o entramos en el camino equivocado que nos lleva al pasado.

Hoy estamos celebrando más que un acto formal en cumplimiento de lo que ordena la ley, que es que los candidatos deben estar afiliados a los partidos políticos. Estamos celebrando mucho más que un mero acto protocolar.

Estamos iniciando el cumplimiento de un requisito constitucional que anticipa lo que será mi desempeño como gobernante: cumpliré la ley, respetaré el Estado de Derecho. Estamos celebrando además la feliz conjunción entre el FMLN y mi candidatura que es el fruto de la demanda de cambio de nuestro pueblo.

Amigas, amigos:

Los pueblos que se deciden luchar por su bienestar suelen ser invencibles. Los pueblos son tenaces, pacientes. Van caminando paso a paso hasta encontrar el mejor momento para conquistar ese cambio que tanto han anhelado. Ese momento histórico, que todo el pueblo salvadoreño ha estado esperando es hoy, es ahora.

De eso no hay la menor duda. Lo vemos en las calles, en las colonias, en las comunidades; veo los rostros y los ojos de las mujeres y los hombres salvadoreños, que me tienden la mano y se me acercan en todos los lugares por donde andamos. No son necesarias las palabras.

Basta con ver esos gestos y esas muestras de afecto para comprender que en el corazón de la inmensa mayoría del pueblo ha nacido la esperanza del cambio. Esta candidatura y todo el esfuerzo que ella supone no se reduce a dirigir una campaña política. Estamos haciendo lo que el pueblo salvadoreño nos está reclamando. Estamos construyendo una inmensa y poderosa fuerza de cambio.

Estamos cumpliendo con el mandato del pueblo de ponernos al frente de este proceso de cambio que ya está en marcha y que es irreversible.

Queridos amigos y amigas:

Este mandato que hemos recibido va más allá del triunfo en las próximas elecciones y de una alternancia en el gobierno, que de por si es necesaria.

El pueblo salvadoreño nos está pidiendo una renovación profunda de la manera de hacer política. Nos está pidiendo que dejemos de mirar al pasado, que dejemos atrás los enfrentamientos y que construyamos la unidad nacional basada en la paz, la libertad, el desarrollo y un compromiso preferencial con los más humildes y los más necesitados.

Nos está pidiendo que el Estado se ocupe de todos los ciudadanos y ciudadanas. Nos pide justicia pareja para todo el mundo. Nos pide un gran cambio ético. Nos pide transparencia, honestidad, sacrificio, coraje, pero sobre todo, humildad para escuchar la voz y el consejo de todos los que tienen algo para aportar al engrandecimiento de la Patria. Insisto, nos pide una nueva cultura política en la sociedad y en el Estado.

En ese sentido este acto es para mi trascendental. Expresa esta nueva cultura política, de puertas abiertas, de frente al futuro, con la Constitución como norma y guía de todos los actos. Así, arropados en estos nuevos valores, de la mano del pueblo y envueltos en la bandera de la patria vamos a entrar el 1 de junio próximo a Casa Presidencial.

Esta nueva cultura política exige algo más de nosotros. Exige una gran dosis de tolerancia. Ya todos conocemos los ataques, mentiras e infamias que Arena acostumbra a hacer, y que ahora vuelve a reiterar.

Tenemos, entonces, que tener la firme resolución de no contestar agravios. Tenemos que tener la firme resolución de no entrar en la campaña sucia que Arena está llevando adelante. Tenemos que tener la firme resolución de apostar por la reconciliación, por la paz. Tenemos que cultivar la paz en nuestros corazones aunque se metan con nuestras familias y con quienes más amamos.

A quienes por expresar su apoyo publico a mi candidatura están sufriendo persecución, calumnias y hasta amenazas. A mi esposa, mis hijos, mi familia, mis amigos y amigas, mis compañeros y compañeras, les pido que comprendan que no nos están atacando porque seamos importantes. Nos atacan porque tenemos el honor de que el pueblo salvadoreño haya puesto los ojos en este humilde servidor para llevar adelante sus anhelos.

No me desvela Arena por esas muestras de resentimiento y de odio. Arena me preocupa porque es insensible e incapaz para dar respuesta a los problemas más acuciantes de nuestro pueblo. Eso sí me preocupa y por esa razón estamos trabajando sin descanso. Porque cada día que pasa el costo de la vida es mayor y quien se ve afectado es el pobre, el trabajador que percibe un salario de hambre.

Es Arena, son sus gobiernos los responsables de que en nuestro país, rico en posibilidades, haya hambre y desempleo. No me incomodan los ataques de Arena. Me rebela la injusticia que produce el gobierno de Arena al mantener el privilegio de unos pocos a costa del empobrecimiento de las grandes mayorías.

Tendremos, pues, que caminar con temple, de aquí hasta el 15 de marzo en que ganaremos esta elección presidencial y luego deberemos tener un diálogo sereno, maduro para garantizar por sobre todo la transición democrática y la gobernabilidad.

Mi gobierno pondrá en ejecución la nueva cultura política. Paso a paso iremos construyendo en unidad, con todos los sectores, el gobierno del cambio que lleve bienestar y seguridad a nuestras familias; que lleve estabilidad y mayores ingresos a los trabajadores; que lleve confianza a los empresarios; que lleve oportunidad para nuestros hijos que quieren estudiar y progresar en nuestra patria.

Este gobierno tendrá también una atención especial para con todos nuestros compatriotas que viven en el exterior.

Quiero decírselos esta noche a ustedes: en mi gobierno los únicos privilegiados serán los más vulnerables, los que viven en situación de indefinición, los que nuestro Obispo Mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, busco a través de su apostolado favorecer, devolverles dignidad cuando les prometió que les daría voz.

Amigas, amigos:

Quiero despedirme esta noche pidiéndoles que hagan llegar a todo el país este mensaje: Estamos construyendo una poderosa fuerza de cambio. El cambio que tanto anhelamos y que por tantos anos hemos esperado es posible. Vamos a terminar con la oscuridad en que Arena ha sumido a El Salvador. Dar vuelta a esta página amarga de nuestra historia es posible.

No hay comentarios: