Soy empresario. Empecé de cero. Para “la banca” fui invisible por muchos años, porque no me consideraban sujeto de crédito. Me toco empezar a mis 23 años con lo poco que pude juntar al vender unos tiliches y aparatos viejos que por años estaban tirados en la casa de mis viejos. Así junte 73 colones. Era un martes de marzo de 1991 el día que me inicie en el comercio, comprando barato y vendiendo un poco menos barato.
Ahora tengo 3 salas de ventas. Después de depender del crédito que se paga a diario por casi 6 años, me pase a una caja de crédito y hoy me buscan hasta del Banco Agrícola para prestarme pisto. Gracias a Dios ya no dependo del crédito. Ya Salí adelante, ya puedo solo. Mi negocio da trabajo para 30 personas y en temporadas altas llegamos casi a 50 gentes.
Mi clientela está en la Juan Pablo, en San Jacinto y en Mejicanos. Primero Dios este año pueda abrir otra tienda en Apopa. Como diría Funes yo soy una fabriquita de empleo, de adeveras. No ando pidiéndole mucho al gobierno. Me conformo con que no me molesten. Voy a votar en cada elección por el que más me convenza.
Hace como 10 años me vino a ver un vendedor de la Cama de Comercio y me convenció de afiliar mi negocio. Desde entonces nunca nadie me volvió a llamar. Llega de vez en cuando correspondencia. Cuando eligen a los directivos solo quedan los mismos y ahora tienen a un gerente que pasa hablando babosadas en la tele como si fuera político. Se les ha olvidado a ese señor, y sus patrones que son la Junta Directiva, que representa a los comerciantes y no a un partido o un grupo económico. Este año decidí ya no pagar mi cuota. Total, lo que pago lo ocupan los directivos para pagarse las dietas, viáticos y viajes. También les sirve para pagar un montón de empleados para que les soben la leva. De algo estoy seguro. La Cámara de Comercio no es ninguna fábrica de empleos. Son peor que el gobierno, porque se gastan la plata que contribuimos los empresarios sin transparencia, al antojo de pocos y son una rueda de caballitos que cada elección solo se cambian de silla y de cargo.
Hoy me siento feliz de no seguir pagando una cuota para que unos pocos mamen colgándose el rotulo de “líderes gremiales”. Pero me sentí más feliz el día miércoles pasado que vi un anuncio de “los ex presidentes de ANEP”. Lo primero que pensé, será que don Araujo, don Vilanova, don Lemus, don Callejas y tanto viejo oportunista que firma se bolsearon para pagar ese anuncio o pidieron que se pagara de las contribuciones de los agremiados. Y lo peor, que no dice nada el bendito anuncio.
Hay señores de la ANEP. Abran sus ojos. Ustedes no representan a nadie ni son nada. Hoy salen reclamando al gobierno y mañana salen en la foto acompañando en los viajes al Presidente. Hoy hablan de institucionalidad cuando ayer se repartieron los bancos, las AFP, las telefónicas, las distribuidoras eléctricas, los DUIs y las licencias. Hay señores, a quien creen que engañan. Por favor, váyanse de las gremiales y hagan un partido político. Dejen de manosear la empresa privada
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